El taller es el alma del artista, donde el desbalance se equilibra y aflora la naturaleza propia. 

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Hay componentes esenciales en la propuesta de Katiuska Angarita, formas que parten de lo básico para desarrollar una recurrente manera de expresar el origen de la naturaleza y abordar la profundidad de la emoción propia y mostrar su visión al otro. El punto y la línea. 

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Estos elementos primarios del arte hacen presencia demandante en cada obra, de forma que resulta innegable cierta obsesión que se une a sus reflexiones en cuanto al material, entorno y contexto.

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"Armar la imagen descompuesta es lo que pretendo en cada pieza, ir a la emoción primigenia velada en la memoria y mostrar el tránsito y la transformación a través de ésta" Katiuska Angarita.